Cap. 1: Humildad, el espíritu del aprendizaje

Hola amigos!! Qué privilegio tener éste nuevo día con nosotros y el poder compartir con uds algunas ideas que me han ayudado en éste camino de crecimiento.

Cuando me dispuse a cambiar mi entorno laboral, también decidí realizar el cambio interno, un cambio mucho más duro que el externo, porque depende únicamente de uno mismo.
¿Qué quiero decir?
Les cuento lo que me pasó, al mirar mi agenda diaria, notaba que posponía la realización de llamadas y visitas a mis clientes. Si, siempre encontraba muchas cosas que hacer antes. Como los resultados no me gustaban, no lograba conectar con mis clientes, decidí que algo iba a hacer: someterme a que una persona de mi confianza (mi coach) me hiciera ver mis puntos ciegos, claro aquellas cosas que todo el mundo sabe de mí y que yo no veo. Además usé un test de personalidad, para identificar fortalezas y debilidades.

Uff, cuando escuché lo que no me hubiera gustado escuchar nunca, no les puedo decir que me gustó, pero dejé en segundo plano el sentimiento y me dispuse a la acción con la nueva información.

Quieren saber lo que había en mis puntos ciegos, se los voy a contar:
# En ocasiones me desentendía o era ineficiente.
# Pasaba por alto los sentimientos de los demás.
# Prefería el análisis a ponerme manos a la obra.
# Desalentaba las ideas de los demás.
# Demasiado tiempo planificando.

Asumir que esto era así, requirió y aún requiere contar con el espíritu del aprendizaje: la humildad.
Claro, porque tendemos a echar culpas y considerarnos víctimas de nuestras circunstancias, antes que asumir el cambio interno necesario para producir resultados diferentes.

Ojalá en estos momentos estés dispuesto a mirar por ésa ventana de los puntos ciegos, pensando en aquella persona que te conozca tanto, pero que te ame incondicionalmente como para hacerte verlos , aquello que están impidiendo que vivas la vida que deseás.

Recordá que no podemos dar lo que no tenemos! Necesitamos recibir un amor que nos permita cambiar para dar a otros de ése mismo amor e incondicional. La clave es la humildad.

Con amor

Sonia