Piezas de diseño

Cuando estaba iniciándome en mi trabajo actual, recuerdo haber puesto el foco en "no equivocarme", tenía terror de hacer mal alguna tarea, la más aterradora para mi nivel inicial, era completar "mal" los formularios que el cliente firmaba y por lo tanto implicaba hacer que el cliente vuelva a la oficina para firmar los formularios corregidos. No sólo revelaba mi incompetencia consciente, sino mi parálisis por la incomodidad del proceso de aprendizaje que estaba viviendo. Actualmente hay muchas de las tareas que ya pasaron a la etapa competente inconsciente, es decir ya las hago de manera casi automática, igualmente me sigo equivocando. Entonces, quiere decir esto que el error no se extirpa nunca del proceso de aprendizaje? ¿Cómo nos relacionamos con nuestros errores y equivocaciones? Los tomamos como parte del proceso de aprendizaje, en esa parte incómoda de la incompetencia consciente o en la lentitud de la competencia consciente? Cuando miramos el camino recorrido

Cuando de expectativas propias o ajenas se trata, creo que estilos de personalidad como el mío (más sentimentales), en algún momento nos tenemos que plantear si lo que esperamos de nosotros mismos, estará por delante de lo que esperan los demás que seamos, o iremos por la vida queriendo tener contentos a todos (misión realmente imposible). Cuando mi Coach me preguntó la primera vez ¿Qué es lo que realmente esperás de vos misma? y una vez respondida esa pregunta, ¿a quién vas a dar prioridad?  Me hizo reflexionar acerca de lo que realmente eran mis valores principales y qué decisiones había tomado respecto a ellos. Si tomamos las decisiones críticas antes de tener que hacerlo, las tomaremos sin que las emociones nos controlen Por ejemplo, Hacer lo correcto vs. que mi entorno "esté contento" conmigo (complacer). Las normas que me fijo a mí misma, son las mismas que fijo a los demás (o soy más permisiva conmigo)? Varias veces me he encontrado cediendo en mis convicciones por com

Recuerdo cuando empecé en el puesto laboral en el que estoy actualmente.  Decidí cambiar por completo mi manera de pensar acerca del aprendizaje . Es decir, adoptar y entrenar una nueva perspectiva respecto al proceso de aprender . Algo que de niños es innato y natural, como aprender equivocándonos, de grande se vuelve un pecado casi imperdonable para algunos (allí estaba yo). No sólo decidí cambiar la perspectiva, sino adoptar nuevos hábitos, como es celebrar las pequeñas victorias . Hoy celebro un año de aquella decisión de cambiar! Y cuando veo el camino recorrido, no tengo más que gratitud en el corazón, por todo lo aprendido, por todo lo que cambié, y todo gracias a personas maravillosas que estuvieron dispuestas a enseñarme. Por supuesto que se trata de salir de la zona cómoda, de la rutina de la repetición, para adentrarnos en ideas nuevas, hábitos nuevos e interrelaciones nuevas. Eso asusta de verdad a una personalidad como yo! Pero, como mi estilo de personalidad también tiene

Algo que me pasa con la nueva normalidad, es que me cuesta adaptarme al delay en las comunicaciones virtuales.  Ya sea por la señal de internet o porque nos pisamos al hablar, se convierte en todo un arte mantener una conversación fluida. Es más, a veces pasa, en las reuniones,  que uno de los participantes, tal vez sigue hablando apasionadamente, mientras el resto no lo está escuchando, o lo escucha entrecortado y no entiende lo expresado por el expositor. Qué frustrante para quien estuvo queriendo explicar algo y resulta que nadie lo escuchó! A lo sumo, bueno, tendrá que repetir lo que dijo. Es más habitual aún escuchar a líderes de equipo decir que no entiende cómo es que su equipo no hace lo que él espera de ellos, cuando se los ha repetido una y otra vez. O bien, a los colaboradores, decir que se "sienten" no escuchados. Cuando hablamos de comunicación, creo que la mayoría pensamos en aprender a hablar, sí, a hablar en público, a expresarnos mejor, incluso a escribir mej

  En una hermosa mañana de ésta semana, salí por la puerta trasera de mi casa, que da al patio para disfrutar un poco de aire fresco y sol. Junto a mí, nuestra gata "Alma", feliz de la vida por poder explorar fuera de la casa. Una de las cosas que a las que tengo que prestar atención es a que no se trepe al muro y de allí a los techos, y quién sabe adonde la lleve su curiosidad. Hay un dicho "la curiosidad mató al gato" y describe tal cual la actitud gatuna de explorar sin reparos. Mientras tanto Alma, tiene la mirada fija al cielo, hacia la posibilidad de salirse de los límites puestos por su familia humana. Lo que para mí es seguridad, para ella representa aburrimiento y pérdida de diversión. Mientras yo pienso en los peligros que hay allí afuera, ella parece poner foco sólo en el mundo desconocido que se está perdiendo. Sólo quiere "aprender". Yo quiero que se mantenga dentro de los límites de "seguridad". Esta sencilla experiencia, me recordó

Cuando estaba aprendiendo a hablar, según me cuentan mis padres, yo hacía una pequeña práctica en voz baja, a ver cómo salía, y luego que pasara la prueba, lo decía en voz alta!! El ejercicio se repetía con cada nueva palabra. A la mayoría nos causa cierta gracia, ver ese comportamiento, ese hábito a tan corta edad. Tratar con tanta seriedad algo que a la mayoría le hubiera pasado desapercibido. Pero no a mí, la protagonista de la historia. Es que a mi corta edad evidenciaba mi marcado estilo de personalidad "C" concienzuda, que a no ser que viene acompañado de un "critico interior", te diría que me ha reportado sólo beneficios, ser así. Hablo de revisar todo primero. De esto quiero compartir hoy, de la CRITICA. Pero más que de la crítica externa, quiero hablarte del CRITICO INTERIOR (vocecita interna que nos hace dudar de nosotros, perfeccionista por definición, con efectos dañinos a la hora de emprender). Como leí, justamente hoy, un posteo de una persona especial

¿Cuál dirías que es tu nivel de suposición en la vida? del 1 al 10, siendo 1, pregunto todo! y 10-ni me molesto en preguntar, yo ya sé!,  respecto a tu familia? tus clientes' tus amigos?  Creés conocerlos, saber lo que piensan, desean o esperan? o los conocés realmente? Cuando de suponer se trata, quiero aclarar que no es un pecado! Es la economía de nuestro cerebro en acción!! Crea rutinas y simplifica un sin fin de tareas, anticipa de forma sorprendente muchas veces, y desarrolla la intuición de forma magistral!! Ahora qué pasa cuando de personas y relaciones se trata? de relacionarme conmigo misma por ejemplo y con los demás! TRAE ALGUNOS PROBLEMAS, probablemente porque las personas no sólo somos diferentes entre nosotros, sino que cambiamos con el tiempo, las circunstancias y los ámbitos! Cuando nos casamos, Francis y yo hicimos una lista de las expectativas que teníamos cada uno del otro, para que los tengamos en cuenta (desde comida preferida a qué haríamos los días festivos)

Salir de la zona de comodidad parece una frase trillada, todos sabemos hoy que salimos de allí por decisión propia o bien las circunstancias lo hacen por nosotros. Bien, pero ahora qué pasa con aquellas cosas que elegimos nosotros, pero no las terminamos, que las dejamos por la mitad o que las hacemos sin pasión? ¿Qué nos pasó? Qué nos hace comenzar algo con entusiasmo y luego dejarlo por la mitad o bien realizarlo pobremente? Podrían ser muchos motivos, pero hoy quiero compartir una reflexión sobre la llamada "mediocridad", eso que nos "infecta" todos y tiene efectos nefastos en nuestras vidas privadas y colectivas, es muy contagiosa. Me pasó personalmente, pero también escuché la experiencia parecida de un amigo, la misma siguiente situación: Llegamos o comenzamos un nuevo trabajo con todo el entusiasmo y alguien del equipo te dice: "pará, no pongas tanto en esto, porque te van a pedir más" o "no te entusiasmes tanto" "tomalo con calma&quo